Curso de Quechua en las Brisas del Titicaca

(09/06/2015)La Asociación cultural Brisas del Titicaca, viene impartiendo el curso de quechua en uno de sus ambientes de su local ubicado a la altura de la primera cuadra de la Av. Brasil en Lima.

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El curso se dicta de manera gratuita todos los lunes de 7 a 9 de la noche, y está a cargo del sociólogo Leonidas Casas Ballón. Para conocer al profesor del curso reproducimos una entrevista que le hiciera el diario La Primera a este personaje, amante de la lengua de los Incas.

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– ¿El quechua es tu primera lengua?
– Sí, mis padres son apurimeños y desde niño tuve la suerte de aprender el quechua cusqueño y el chanka. Y mi bagaje cultural a través de la música, las canciones, costumbres y tradiciones llegan como una fusión de ambas vertientes. La cultura inca era diferente a la cultura chanka que luchó por su libertad. Entonces, estoy marcado por ese hecho.

– ¿Cuál es el quechua que hablas?
– Yo puedo hablar los dos quechuas. Culturalmente me siento ayacuchano, entonces hablo el quechua ayacuchano, chanka. Pero también hablo, leo y escribo perfectamente el quechua cusqueño porque lo he practicado desde el vientre de la madre. El otro quechua lo he aprendido y por trabajo de muchos años, he aprendido su canto, su música, su cultura.

– ¿Y la variación dialectal quechua Collao?
– Lo hablo perfectamente. También entiendo con algunas dificultades los quechuas de otros lugares.

– ¿Cuántas variaciones dialectales conoces?
– Hay seis variaciones dialectales y cada una tienen sus riquezas propias. Este hecho se estableció en 1975 y el Ministerio de Educación las ha reconocido, estableciendo los ámbitos.

– ¿Cuál es quechua de tus canciones?
– Es el quechua chanka, hace cuarenta años que canto y lo siento más dulce, más comunicativo, poético. He trabajado con líderes campesinos utilizando quechua, el canto, el mito, la música, la poesía y las leyendas como herramientas educativas para afianzar la identidad.

– Entonces, ¿cómo te autodefines?
– Como un indio por dentro con cáscara de blanco.

– Quechua.
– Sin la menor duda.

– Y, ¿en la música?
– Me autodefino como un quechua, músico andino. Me fascina la música puneña. Es una maravilla por el cromatismo, el colorido de su melodía, las danzas que acompañan a la música. Aprendí a amar esa música en mi escuelita de Mollepata.

– ¿Cómo ves ahora el Perú?
– Yo veo un Perú en un intenso proceso, en la infinita búsqueda de afirmación de su identidad. Hasta hace poco los medios de comunicación, la escuela, la iglesia, la educación trataban de desarraigarnos de nuestra cultura. Ahora, vivimos un tiempo en que se mira al pasado y se está recuperando nuestra historia. Así es.

– ¿El quechua es tu primera lengua?
– Sí, mis padres son apurimeños y desde niño tuve la suerte de aprender el quechua cusqueño y el chanka. Y mi bagaje cultural a través de la música, las canciones, costumbres y tradiciones llegan como una fusión de ambas vertientes. La cultura inca era diferente a la cultura chanka que luchó por su libertad. Entonces, estoy marcado por ese hecho.

– ¿Cuál es el quechua que hablas?
– Yo puedo hablar los dos quechuas. Culturalmente me siento ayacuchano, entonces hablo el quechua ayacuchano, chanka. Pero también hablo, leo y escribo perfectamente el quechua cusqueño porque lo he practicado desde el vientre de la madre. El otro quechua lo he aprendido y por trabajo de muchos años, he aprendido su canto, su música, su cultura.

– ¿Y la variación dialectal quechua Collao?
– Lo hablo perfectamente. También entiendo con algunas dificultades los quechuas de otros lugares.

– ¿Cuántas variaciones dialectales conoces?
– Hay seis variaciones dialectales y cada una tienen sus riquezas propias. Este hecho se estableció en 1975 y el Ministerio de Educación las ha reconocido, estableciendo los ámbitos.

– ¿Cuál es quechua de tus canciones?
– Es el quechua chanka, hace cuarenta años que canto y lo siento más dulce, más comunicativo, poético. He trabajado con líderes campesinos utilizando quechua, el canto, el mito, la música, la poesía y las leyendas como herramientas educativas para afianzar la identidad.

– Entonces, ¿cómo te autodefines?
– Como un indio por dentro con cáscara de blanco.

– Quechua.
– Sin la menor duda.

– Y, ¿en la música?
– Me autodefino como un quechua, músico andino. Me fascina la música puneña. Es una maravilla por el cromatismo, el colorido de su melodía, las danzas que acompañan a la música. Aprendí a amar esa música en mi escuelita de Mollepata.

– ¿Cómo ves ahora el Perú?
– Yo veo un Perú en un intenso proceso, en la infinita búsqueda de afirmación de su identidad. Hasta hace poco los medios de comunicación, la escuela, la iglesia, la educación trataban de desarraigarnos de nuestra cultura. Ahora, vivimos un tiempo en que se mira al pasado y se está recuperando nuestra historia. Así es.