En Suriqui, en el lago Titicaca, se le rendirá honores a la balsa Tunupa, en la cual se transportará el fuego sagrado hasta la bahía de Khona, en la Isla del Sol, considerada un lugar de suma importancia para las poblaciones originarias de Bolivia y los países vecinos.

El jefe de Estado boliviano presidirá las actividades en Suriqui, acompañado por varios miembros de su gabinete y el cuerpo diplomático, invitado especialmente a la celebración.

Desde antes, sin embargo, se anunció que todo estaba listo para recibir a los invitados a los festejos y el propio mandatario y el canciller, David Choquehuanca, estuvieron en los lugares relacionados con los ritos.

Choquehuanca inspeccionó el avance de la construcción de la balsa y pidió a los habitantes de las comunidades cercanas que vistieran sus mejores galas para recibir a los visitantes, aunque aún no se ha confirmado la presencia de ningún mandatario foráneo.

Morales también se interesó por los preparativos y, entre otras cosas, entregó motores fuera de borda a las comunidades aledañas a la Isla del Sol y destacó la importancia del 21 de diciembre para las culturas originarias.

Pachakuti, en quechua, significa renovación del tiempo y el espacio y explica la doctrina cíclica, de herencia común, presentes en las más antiguas tradiciones de la humanidad.

Desde tiempos inmemoriales los habitantes de las regiones cercanas al lago Titicaca consideraron que todo funciona en círculo y marcaban el inicio y el final de estos.

El venidero día 21 se festejará el fin de uno de esos ciclos, al cual denominaron el no tiempo, marcado por guerras, hambrunas, necesidades, violencia, y el inicio de un tiempo nuevo, regido por la prosperidad, la paz, la armonía y el buen vivir.